6 de diciembre de 2011, hoy es el día de la
Constitución. En teoría es una fiesta y tenemos que celebrar el haber
conseguido, después de tanto de tiempo, el que nos hemos puesto de acuerdo en
un sistema político que, al fin, nos ha dado estabilidad los últimos 33 años.
Vista la historia de este país, es muy cierto que lo tenemos que celebrar como
es debido. Yo era joven cuando se preparó y votó la Constitución del 78, no la
voté por falta de unos pocos años, pero era evidente que era la única solución
posible que no implicaba una marcha atrás hacia el franquismo que era visible
cada día y no llegaba todavía a ser el recuerdo de la pesadilla que hoy es para
mucha gente que lo conoce por las batallitas de los más mayores. Pues bien,
siempre se ha dicho que aquella Constitución podía asemejarse a un contrato
entre grupos sociales para decidir, entre todos, ninguno donde debía de ir el
país.
Lo mismo podríamos decir de los partidos políticos
dentro de un sistema democrático como es el nuestro. Concretamente, el PSPV, el
nuevo PSPV que queremos hacer los militantes, debería de ser capaz de ofrecer a
la ciudadanía un contrato claro y preciso que incluya, como cláusulas, una
serie de principios concretos y definidos de forma que todos sepamos cuál es el
modelo de País que queremos hacer. Desde aquí pues, hay que proponer la
elaboración de un nuevo modelo de partido y de contrato que incluya, para
empezar:
1. Modelo de País y forma de Gobierno. Repensar si la
monarquía parlamentaria es la forma más adecuada para Gobernar, si el estado
autonómico necesita una revisión sin ponerle límites a la discusión en ningún
sentido y aceptando que hay gente que piensa que es una mala idea y que hay
gente que piensa que se queda corto.
2. Práctica política. Reformar la actividad política
para regenerar la praxis y conseguir mejorar la percepción que el ciudadano tiene
de los políticos. En la práctica esto implicará imponer umbrales éticos muy
severos a quienes que se dedican a la gestión pública, posiblemente teniendo
que "sacrificar" por el camino a gente valiosa e inocente, pero
parece la única solución para el medio y largo plazo si pensamos en la bajeza
moral a la que estamos llegando y en la extensión de la corrupción en todos los
ámbitos públicos (desde la monarquía hasta el regidor de los pueblos más
pequeños)
3. Redefinir los objetivos del Estado. Las políticas
socialistas, las del PSPV, sólo pueden centrarse al conseguir el Estado del
bienestar más amplio y sostenible posible. Tenemos que asegurar que la
educación, la sanidad, las políticas sociales y la dependencia sean públicas y
de calidad. Blindándolas contra privatizaciones más o menos encubiertas sin que
esto implico la necesaria desaparición de la iniciativa privada en estos
sectores pero tampoco que se privatizan los beneficios y socializan los gastos
mientras, además, favorecemos a los privilegiados de una casta con ninguno otro
más mérito que el de su origen, su cuna.
4. Replantear la política fiscal. Huir de la ortodoxia
fiscal que nos ahoga y replantear nuestro modelo con medidas "anti-ortodoxas"
(que no heterodoxas) como una bajada significativa del IVA y una subida del
IRPF (para nivelar los ingresos del Sido) reforzando su carácter
re-distributivo y su progresividad incluyendo también aspectos de los llamados
"impuestos para grandes fortunas", es decir, que sea un impuesto de
rendimientos de trabajo y de capital y que sirva a la redistribución de la
riqueza del país de forma que, verdaderamente, quien más tenga más pago.
5. Internacionalizar la acción. No podemos admitir que
nuestro bienestar esté basado en la explotación otros ciudadanos del mundo.
Tenemos que luchar de manera firme al conseguir que las enormes bolsas de
esclavitud laboral de los países en desarrollo o del tercero mundo no continúan
sino que su enorme potencial productor, la enorme riqueza que producen, los
sirva para mejorar sus condiciones de vida.
Esto no son más que unas pinceladas de por donde
podría ir la re-definición del proyecto del PSPV sin olvidar, a pesar de que no
aparezcan al listado anterior, la re-valencianización y la recuperación de las
señas identitarias del socialismo valenciano que se han ido perdiendo con
fuerza con cada una de las sucesivas derrotas electorales que venimos sufriendo
desde hace ya demasiado tiempo.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada